El Inter Miami jugó seis partidos de pretemporada la temporada pasada en Florida, la mayoría a puerta cerrada con poco público.
El astro y su equipo tendrán dos partidos por Arabia Saudí esta semana, el primero el lunes contra Al-Hilal y el segundo el jueves contra Al Nassr, donde Messi podría compartir la cancha nuevamente con su rival de toda la vida Cristiano Ronaldo, suponiendo que la estrella portuguesa se haya recuperado lo suficiente de una lesión en la pantorrilla.
El club recorrerá el mundo, frente a multitudes y grandes reflectores, además de mucho dinero de por medio.
Inter Miami se convirtió en una marca global cuando Messi anunció el verano pasado que se uniría al club de la MLS.
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“Es increíble”, dijo el zaguero DeAndre Yedlin, quien era el capitán hasta la llegada de Messi. “Muestra la influencia que ha tenido en el juego, la gente quiere saber lo que está haciendo. Es genial para la liga y para nosotros”.
Inter Miami está en Arabia Saudita gracias a Messi, quien tuvo una oferta para jugar en ese país, donde es embajador y ayuda a promover el turismo.
El beneficio financiero de que Inter Miami y Messi jueguen en Arabia Saudita no ha sido revelado pero es razonable pensar que es un número grande, suficiente para ayudar al club de la MLS a compensar al menos parte del salario de Messi y lo que el equipo gastó para reforzarse con figuras como Sergio Busquets, Jordi Alba y Luis Suárez para acompañar al astro argentino.
Los saudíes han dejado claro que gastarán mucho por lo que quieran. Han gastado miles de millones financiando el LIV Golf y atrayendo a la Fórmula Uno, el boxeo, las carreras de caballos, así como carreras de BMX y la lucha libre profesional.
El viaje en sí habla de lo diferente que se ha vuelto todo para Inter Miami. El equipo tenía menos de 1 millón de seguidores en Instagram; ahora tiene 16, muchos de ellos impulsados por Messi.