Si alguna vez has escuchado un video de YouTube de "ritmos lo-fi para estudiar o relajarte", es posible que hayas interactuado con la música de Michael Turner.
Turner, de 26 años, es un músico a tiempo completo que hace música pop bajo el nombre de PLVTINUM. Hace un año y medio empezó a dedicar parte de sus fines de semana a producir música en lo que él llama el espacio de escucha pasiva, y pronto descubrió que la producción de música "lo-fi" era un trabajo extra "muy fácil".
También es lucrativo. Bajo el nombre de Bonsai Beats -una banda compuesta en su mayor parte por Turner y el guitarrista Mike Bono- ha ganado $33,139 más en el último año, según documentos revisados por CNBC Make It.
Lo-fi significa "baja fidelidad", es decir, carece del alto valor de producción de la música profesional. Está pensada para escucharla de fondo mientras cocinas, trabajas, estudias o incluso duermes.
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Eso significa que el objetivo de Turner es simple: cantidad por encima de calidad. Cuando él y Bono colaboran en temas lo-fi, se ponen un cronómetro: sólo dos minutos para escribir, producir y poner nombre a cada canción. Juntos han ganado casi $60,000 en el último año con 85 canciones, cuya creación sólo les llevó unas tres horas.
El alivio de las expectativas que conlleva la producción musical de baja fidelidad es "algo terapéutico", dice Turner, y el dinero extra no está de más. Aquí te contamos cómo creó y gestiona su negocio paralelo de música lo-fi.
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Producir música lo-fi es "mucho más sencillo de lo que la gente cree".
A los 18 años, Turner publicó un video en YouTube de sí mismo cantando y tocando una canción original, y acumuló más de un millón de visitas. "Fue mi primer contacto con la viralidad de Internet, y a partir de ahí me volví adicto", dice.
Puede que los temas lo-fi no siempre acumulen tantos streams como Beyoncé o Taylor Swift, pero también pueden hacerse populares: Lofi Girl, una popular streamer de YouTube, tiene 13.6 millones de suscriptores y vídeos que suelen acumular millones de visitas.
Bonsai Beats tiene unos 12,000 oyentes mensuales en Spotify, según su página de perfil. De sus 53 canciones en la plataforma, s0lo tres superan los dos minutos de duración. Una de ellas, Lovely Lofi, cuenta con más de 300,000 reproducciones.
La producción de estas canciones es "mucho más sencilla de lo que la gente cree", y el único coste real es el tiempo, afirma Turner. Él y Bono hacen las canciones con una guitarra, un teclado y Logic Pro, un popular programa de mezclas musicales que actualmente cuesta $199.99.
También puedes usar GarageBand, un programa que viene gratis con los productos Apple, añade Turner.
Después, probablemente necesites un distribuidor. Turner dice que utiliza TuneCore, un servicio online que coloca tus canciones en plataformas como Spotify, Apple Music, YouTube y TikTok. Sus precios van desde una versión gratuita limitada a un servicio de suscripción anual de $49.99, y Turner paga por una opción intermedia de $29.99, dice.
Pagar esa cuota de suscripción significa que TuneCore no se queda con ninguno de tus ingresos por ventas, lo que contrasta con las agencias de distribución tradicionales que pueden reclamar hasta el 85%, dice Turner.
"La barrera de entrada es tan baja que cualquier músico profesional u ocasional puede empezar a trabajar en esto inmediatamente", afirma. "Lo bueno del streaming es que el coste mínimo es realmente bajo (…). Lo único que hay que hacer es ponerlo en Spotify y, si la oferta es la adecuada, se empieza a ganar dinero casi de inmediato".
"Es un momento muy emocionante para la música"
Los pagos relativamente bajos de Spotify y otras plataformas de streaming musical son un tema de conversación habitual entre los músicos. Pero para Turner, la democratización de la música -o, lo que es lo mismo, la idea de que cualquiera puede ganar dinero utilizando plataformas de streaming- es algo muy importante.
Otros músicos amigos suyos también tienen sus propios negocios. Uno de ellos publicó una canción para dormir y relajarse, y acumuló casi 20 millones de streams (unos $100,000) cuando la gente la escuchaba repetidamente mientras se quedaba dormida, cuenta Turner. Otro amigo, escritor y productor sin ingresos estables, vendió hace poco los derechos de su catálogo de escucha pasiva por $1.68 millones, añade.
"Las finanzas institucionales se han interesado por el streaming, y cualquiera que tenga streams [de canciones] que sean recurrentes puede recibir una oferta de compra de un inversor tradicional", dice Turner, y añade: "Es un espacio serio".
En agosto, Turner lanzó su propio sello discográfico, llamado Rebellion Records. Su objetivo, dice, es ayudar a democratizar aún más la industria musical, aplicando sus conocimientos de producción y su investigación de la viralidad en Internet para ayudar a los artistas emergentes. Su sello se quedará con el 25% de los derechos de autor de cada artista, en lugar del 50-60% habitual en la industria.
"Es un momento muy emocionante para la música", dice Turner. "Soy optimista".
Este artículo fue publicado originalmente en inglés por Ece Yildirim para nuestra cadena hermana CNBC.com. Para más de CNBC entra aquí.