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Muerte de esposa sirve de motivación al boxeador Juan ‘Johnny Blaze’ Tapia

Telemundo

Juan “Johnny Blaze” Tapia ha peleado en mecas deportivas como el Madison Square Garden y el AT&T stadium. Pero en este 2023 su pelea más grande ocurrió fuera del cuadrilátero junto a su esposa Crystal Villegas, un combate que al final perderían.

“Crystal era extremadamente fuerte como persona. No lo podía creer. No sabía la magnitud de lo que iba a suceder”, añade el boxeador, quien se mantuvo al lado de ella durante su enfermedad.

Después de cuatro meses de lucha, Crystal, madre de dos pequeños y esposa de Juan Tapia, falleció tras contraer meningitis fúngica durante una operación estética realizada en Matamoros, Tamaulipas. Once mujeres fallecieron por las mismas razones.

"La vida te va a lanzar curvas que a veces no vas a ver venir. Esto es sin lugar a dudas uno de los peores golpes que la vida te puede dar”, dice el púgil.

“Crystal era… Hay personas ordinarias y extraordinarias. Crystal era extraordinaria. Ayudaba siempre a las personas, pero además era muy trabajadora. Su sueño era hacerse viral. Si solo supiera que lo logró”, recuerda.

En medio de su tristeza y en pleno duelo, el boxeo le dio a Juan Tapia una luz al final del túnel y propició su gran regreso. Su dolor se convirtió en motivación y se colocó como objetivo subir de nuevo al cuadrilátero.

“Cuando falleció, de repente nació en mí una motivación para seguir en busca de mis sueños, metas y aspiraciones, porque sé que a ella le hubiese gustado que lo hiciera”, indica Juan.

El 7 de octubre del 2023, solo tres meses después de haber recibido la peor noticia de su vida, Tapia se subió al cuadrilátero. En ese momento estuvo acompañado de sus hijos y familia, portando indumentaria rosada en honor a su esposa. Juan pulverizó a su rival en el primer asalto, completando así su gran regreso.

“Siento que el boxeo me ha ayudado a levantarme. Me ha ayudado a no caer en depresión. Me ha ayudado a no caer en malos hábitos. Quiero alcanzar el éxito”, afirma.

Ahora Juan piensa nuevamente en grande, sabiendo que tiene un ángel guardián en el cielo y tres querubines que cuidar en la tierra.

“No tengo dudas que tengo un ángel en mi esquina y me siento fuerte, imparable. Honestamente creo que si antes era un buen peleador, ahora después de esto, tengo el potencial de ser un gran peleador gracias a ella", dice el púgil.

En diciembre ya tiene planificado otro combate y ahora con nuevos bríos apunta a regresar a lo más alto del deporte que lo ayudó a levantarse en su momento más sombrío.

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