NUEVA YORK - La agencia de calificación Fitch puso este miércoles en "observación negativa" la deuda de Estados Unidos, que tiene la nota más alta (AAA) que otorga la firma, por la falta de avances entre los partidos Demócrata y Republicano para llegar a un acuerdo presupuestario que evite la suspensión de pagos.
La agencia indicó en una nota que esa alerta para la posible rebaja "refleja el incremento del partidismo político que está bloqueando el alcance de una resolución para elevar o suspender el límite de deuda pese a la rápida proximidad de la fecha X", en torno al 1 de junio.
La fecha X es cuando el Departamento del Tesoro calcula que se acabarán las reservas del país si el Congreso no consigue ponerse de acuerdo para elevar el techo de deuda, que se alcanzó en enero y marca el límite legal al dinero que puede pedir prestado el Gobierno.
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Fitch dijo que espera "una resolución sobre el límite de deuda antes de la fecha X", pero cree que han "aumentado los riesgos" de que este no se eleve o suspenda antes de ese momento y que, "en consecuencia, el Gobierno pueda empezar a incumplir los pagos en algunas de sus obligaciones".
Pese a todo, la agencia matizó su mensaje señalando que estima "una muy baja probabilidad" de que EEUU no cumpla con los pagos sobre los títulos de deuda "por completo y a tiempo", y además tiene expectativas de que esta "se mantenga en 'AAA' incluso en el escenario de una suspensión de pagos".
El presidente Joe Biden y el líder de los republicanos en el Congreso, Kevin McCarthy, aseguraron este mismo miércoles que la suspensión de pagos no es una opción y están avanzando, pero la situación parece encallada, con el mandatario negándose a aceptar las exigencias de la oposición de gastar menos que el año pasado.
Si bien la deuda estadounidense se suele considerar un activo seguro en los mercados financieros, de vez en cuando el país se asoma al impago porque el Gobierno solo puede pedir prestado hasta el límite que marca el Congreso.
Por lo general, el país suele elevar o suspender el límite sin condiciones, como reclama la Casa Blanca, y es lo que ha sucedido en más de 70 ocasiones desde la década de los setenta.
En 2011, una situación muy similar a la actual se saldó con la rebaja de la calificación crediticia del país por parte de la agencia de riesgo Standard & Poor's desde "AAA" a "AA+".