Jean y Natalhia se fueron de vacaciones y dejaron a Gordo, su mascota de tres años, con una amiga de la familia, que se dedica a cuidar perros.
Jean O’reillys, dueño del perro, cuenta: “uno le escribía desde que lo dejamos el viernes por la noche, nos mandó una foto a las dos de la mañana el viernes”.
“Pero tenía presentimiento y ya para el lunes no me aguntaba más. Y ahí mismo me contestó: ‘Nathy, ¿cuando vienes? El Gordo está muy mal, no puede respirar y me mandó una foto que para mí, ya estaba muerto”, recuerda Nathalia Ramos.
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En cuanto regresaron a Miami, cinco días después, vinieron a una clínica veterinaria, donde la mascota había sido declarada muerta.
“Y casi me desmayo porque mi perro ya no se parecía a mi perro, ya no era el Gordo”, alega Ramos, quien dice que la cuidadora les contó una historia diferente a lo que después leyeron en los documentos de la clínica. “Por fin vi el papel donde me dice la historia verdadera. Ella dijo que vio al Gordo ladrar, entró, se durmió y cuando salió, ya estaba muerto”.
Jean O’reillys remarca: “Yo le dije que mi perro tenía una condición, que no podía estar al sol por mucho tiempo”.
Este martes llevaron el caso a la corte, para exigir justicia. Un veterinario que no está relacionado con el caso pero revisó los documentos, dijo que se indican señales de trauma y hemorragia interna, que podrían indicar la posibilidad de abuso o lesión accidental grave.
Una página de gofundme ha sido habilitada para ayudar a esta familia con los gastos del veterinario y para la cremación del animal.