DENVER, Colorado - Una madre de Colorado que torturó hasta la muerte a su hija de 7 años y mintió al afirmar que la pequeña tenía una enfermedad terminal para obtener donaciones de organizaciones benéficas fue sentenciada el miércoles a 16 años de prisión.
La muerte en el 2017 de Olivia Gant, la niña de 7 años cuya "lista de últimos deseos" era conmovedora, no fue el resultado de múltiples enfermedades, sino el asesinato perpetrado por su propia madre, esto según una acusación del gran jurado.
Kelly Renee Turner, también conocida como Kelly Gant, aseguraba que su hija sufría de un trastorno convulsivo, un tumor y una acumulación de líquido en las cavidades profundas de su cerebro.
Lo cierto es que Olivia nunca tuvo una enfermedad terminal y no estaba muriendo de una falla intestinal, como alegó su madre durante varios años en los que recaudó más de $20,000 para tratamientos médicos.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo McAllen aquí.
ASÍ FABRICÓ LAS MENTIRAS SOBRE SU HIJA
La jueza Patricia Herron emitió la sentencia a Kelly Turner después de que se declarara culpable el mes pasado de abuso infantil que resultó en la muerte de muerte de la menor, además de fraude y robo caritativo.
EEUU
Turner no dijo nada durante su audiencia de sentencia virtual, pero se secó las lágrimas mientras los fiscales reproducían un video hecho por el abuelo de Olivia, Lonnie Gautreau, donde se podía ver a la pequeña riendo, horneando un pastel, bailando disfrazada de princesa, jugando a la doctora con sus muñecas y cantando.
Las autoridades han dicho que Turner mintió a los médicos sobre el historial médico de Olivia mientras compartía sus dificultades para recibir dinero y otros favores de organizaciones como la Fundación Make-A-Wish.
La niña había recibido cirugías y medicamentos innecesarios hasta su muerte en el cuidado de hospicio de Denver en 2017.
Las autoridades también dijeron que Turner pasó años inventando la enfermedad de su hija, ganando la simpatía de las noticias de televisión y fundaciones benéficas, que incluso organizó una fiesta de disfraces de "princesa murciélago" para Olivia en un hotel que costó $ 11,000.
La niña de Colorado escribió en su última lista de deseos que quería ser bombero, alimentar a los tiburones y atrapar a un tipo malo con la policía. Con esta historia, su mamá recaudó más de $20,000 para tratamientos de su hija.
¿QUÉ MATÓ A LA MENOR?
La causa de la muerte de la niña se mencionó primero como falla intestinal, pero una autopsia posterior no encontró evidencia de esa condición. Las autoridades no han dicho qué la mató pero, según la acusación, los médicos aceptaron la presión de Turner para dejar de alimentar a su hija.
Antes de que Olivia fuera admitida en cuidados paliativos donde murió, los médicos dijeron que solo había recibido el 30% de la nutrición requerida, según la acusación.
El monto del robo a la caridad estuvo entre $100,000 y $1 millón, según los fiscales.
Los psiquiatras han dicho que el comportamiento de Turner parece consistente con el síndrome de Munchausen por poder, un trastorno psicológico que aparece cada vez más en películas y televisión en el que los padres o cuidadores buscan atención de la enfermedad de sus hijos o dependientes y a veces, les causan lesiones.
Pero los expertos dijeron que este tipo de casos no son fáciles de detectar. Mencionó el síndrome por su cuenta durante una entrevista con los investigadores y negó que lo tuviera.
FUE OPERADA SIN REALMENTE ESTAR ENFERMA
Turner se mudó a Colorado desde Texas con sus tres hijas y les dijo a los médicos a lo largo de los años, a partir de 2012, que Olivia padecía numerosas dolencias y enfermedades, lo que convenció a los profesionales médicos para que realizaran cirugías y surtieran recetas para enfermedades que ella no tenía.
Varios médicos dijeron que Turner era la principal fuente de información sobre el historial médico de Olivia, según la acusación. Los investigadores descubrieron blogs, un sitio de GoFundMe y noticias en las que Turner describía las diversas condiciones de salud de Olivia sin pruebas médicas, incluidas afirmaciones de que sufría de un trastorno convulsivo, un tumor y una acumulación de líquido en las cavidades profundas de su cerebro.
Las acciones provocaron un reclamo de $25 millones contra el sistema hospitalario por parte de los abuelos y el padre de Olivia, argumentando que el hospital no cumplió con sus deberes como informantes obligatorios de abuso infantil. El caso se resolvió en agosto. Una abogada que representa a los abuelos dijo que no podía hacer más comentarios.
Si bien el comportamiento de Turner generó sospechas en el camino, fue solo después de que Olivia murió en cuidados paliativos en 2017 y Turner llevó a su hija mayor al mismo hospital con dolor en los huesos que los médicos decidieron observar más de cerca.
La hija mayor no ha reportado ningún problema médico adicional o quejas de dolor desde octubre de 2018.