Se está llevando a cabo una investigación federal sobre cómo un avión de pasajeros de Southwest Airlines sufrió daños sustanciales después de experimentar un raro fenómeno conocido como balanceo holandés a casi 38,000 pies.
El vuelo N8825Q, un Boeing 737 Max que transportaba 175 pasajeros y seis tripulantes, viajaba de Phoenix a Oakland el 25 de mayo cuando su cola comenzó a girar de izquierda a derecha mientras las alas del avión se balanceaban de lado a lado.
Dutch roll es el nombre que recibe este movimiento lateral asimétrico potencialmente peligroso, supuestamente inspirado en los movimientos de los patinadores sobre hielo.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo McAllen aquí.
La Administración Federal de Aviación dijo en un comunicado el jueves que estaba trabajando con Boeing y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte para investigar la causa de la falla.
"La FAA está trabajando estrechamente con la NTSB y Boeing para investigar este evento. Tomaremos las medidas apropiadas en base a los hallazgos", dijo la FAA. Otras aerolíneas no han informado de problemas similares, añadió.
Boeing declinó hacer comentarios.
Un informe preliminar de la FAA dijo que el avión "experimentó un balanceo holandés, recuperó el control y la inspección posterior al vuelo reveló daños en la PCU de reserva", refiriéndose a la unidad de control de potencia.
El avión logró aterrizar de manera segura en Oakland y no se reportaron heridos.
Las regulaciones federales de aviación establecen que un balanceo holandés que ocurre por debajo de la velocidad permitida "debe amortiguarse positivamente con los controles libres y debe ser controlable con el uso normal de los controles primarios sin requerir una habilidad excepcional del piloto".
En la mayoría de los casos, el amortiguador de guiñada de una aeronave debería corregir el movimiento lateral.
Boeing está siendo objeto de varias investigaciones, incluida la del Departamento de Justicia, después de que un panel explotara en un avión 737 Max 9 en enero. La explosión llevó a los investigadores, después de recibir pruebas de los denunciantes, a abrir investigaciones sobre otros aviones Boeing, incluido el 787 Dreamliner.
La compañía dice que ha invertido mucho en prácticas de seguridad, incluido el uso de algoritmos de aprendizaje automático para detectar posibles fallas.