SAN DIEGO, California - Padres y estudiantes de Lincoln High, una preparatoria al sureste de San Diego, protestaron el martes en la tarde exigiendo justicia para una compañera que presuntamente fue abusada sexualmente por otro alumno.
Cientos de estudiantes de la preparatoria Lincoln abandonaron sus salones y el plantel para marchar por las calles, en solidaridad de una compañera de 15 años que reportó a la policía del distrito escolar que fue abusada sexualmente por otro alumno de la misma escuela.
La madre de la niña dijo que su hija fue obligada a tener relaciones y grabada con la cámara de un celular.
"El muchacho grabó un video y lo distribuyó con varios compañeros de la escuela, y no nomás en la escuela, sino también salió fuera del campus porque así fue como me llegó el video, de otro estudiante de otra escuela", dijo la madre, quien agregó que el incidente ocurrió el 12 de enero en un lote baldío sobre la Avenida Euclid, cerca de la calle Trinidad Way.
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De acuerdo con la declaración de la presunta víctima y lo que le dijo a su madre, el plan era pasar un tiempo después de la escuela con quien ella consideraba un amigo. Pero, según el relato, en el lugar el presunto agresor comenzó a hacer avances sexuales, que la menor rechazó de diferentes maneras, hasta que se rindió y cedió temiendo que algo peor le pudiera pasar.
Según la madre, su hija puso excusas como que estaba en su periodo o que no tenía consigo un anticonceptivo, para evitar tener relaciones sexuales. Agregó que el presunto agresor "la quiso besar y ella (su hija) se puso la mano en la boca" para rechazar el acercamiento.
"No sé de qué otra manera ella pudo haberse dado a entender que no es no", aseguró la madre, quien acompañó a la menor para reportar el supuesto abuso el 18 de enero.
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"Ese día saliendo de aquí se puso mal, de por sí sufre de depresión y ansiedad. Se puso peor y la tuve que llevar al hospital porque tenía pensamientos suicidas, ya se quería morir", dijo la madre, a la vez que agregó que su hija le expresó: "Nadie me cree".
Según la madre, el distrito desarrolló un plan de seguridad que incluía separar a los adolescentes en la escuela, tomando diferentes clases, y que la menor se mantuviera en constante comunicación con personal durante el día.
"A mí no me da paz porque igual la puede esperar después de escuela o en lonche", reclamó la madre.
Así que desde que se hizo el reporte, dice que su hija no se ha presentado a clases, mientras el adolescente acusado sigue yendo a la escuela.
"Quiero que expulsen al estudiante, él no puede estar tranquilo aquí mientras mi hija está encerrada en la casa con depresión", reclamó la madre.
Mientras tanto, el distrito escolar de San Diego en parte de un comunicado declaró: "Todas las denuncias se toman en serio y se investigan. Debido a que hay una investigación en curso por parte de la policía que involucra a estudiantes, no podemos comentar los detalles de la situación".