La huelga de los trabajadores automotrices contra los tres grandes fabricantes de Detroit entró en su cuarto día el lunes sin señales de avances y ante la amenaza de que el paro se extienda.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo que espera una resolución rápida y que es demasiado pronto para evaluar el impacto de la huelga.
“Es prematuro hacer pronósticos sobre lo que significará para la economía. Dependerá de cuánto dure la huelga y quiénes se vean afectados”, dijo en CNBC.
Yellen declaró que el activismo laboral de este año —huelgas de escritores y actores de Hollywood, de trabajadores en unos 150 locales de Starbucks y huelgas que se evitaron por poco en United Parcel Service y en los puertos de la costa oeste— ha sido impulsado por un mercado laboral fuerte y una alta demanda de trabajadores.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo McAllen aquí.
En una señal del potencial económico y político de una huelga prolongada, el presidente Joe Biden enviará a dos altos funcionarios de su gobierno a Detroit esta semana para reunirse con ambas partes. Biden se puso del lado del sindicato United Auto Workers (UAW) en breves comentarios públicos, diciendo que los fabricantes de automóviles no han compartido de manera justa sus ganancias récord con los trabajadores.
Un funcionario federal dijo el lunes que la secretaria interina del Trabajo, Julie Su, y su principal asesor, Gene Sperling, no actuarán como mediadores, sino que irán a Detroit “para ayudar a apoyar las negociaciones de cualquier forma que las partes consideren constructivo”. El funcionario no estaba autorizado a hablar del tema y habló de forma anónima.
El presidente del UAW, Shawn Fain, dijo el lunes que el gobierno de Biden no negociará un acuerdo.
“Esta es nuestra batalla. Nuestros miembros están ahí a cargo de las protestas”, dijo Fain en MSNBC. “Esta batalla no se trata del presidente ni se trata del expresidente”.
En lugar de lanzar una huelga total con sus 146.000 miembros, el sindicato optó por concentrarse en tres fábricas —una en cada automotriz— un plan que podría hacer que el fondo de huelga de 825 millones de dólares del sindicato dure más.