Como parte de la estrategia del gobernador Greg Abbott para impedir el paso de indocumentados a Texas se colocarán unas boyas en el río Grande, específicamente en el área de Eagle Pass, anunció el político durante una conferencia de prensa en la que dio a conocer que firmaba varias medidas relacionadas a la seguridad fronteriza.
Además de frenar la inmigración, con las boyas, que miden entre cuatro y seis pies, también se pretende prevenir que drogas ingresen al país. El Departamento de Seguridad Pública, (DPS, por sus siglas en inglés) será el encargado de colocarlas en el río, en un área que cubre mil pies de distancia.
"Ahora los enemigos públicos número uno son los cárteles en México. Son poderosos y violentos. Es peligroso cruzar por el río y los únicos que se benefician son estas organizaciones y con esta estrategia queremos asegurar la frontera, para prevenir que ingresen narcóticos, y detener que las personas continúen arriesgándose", dijo Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública.
"Debido al agua y su altura es muy difícil perder sobrepasarlas. Es algo que podemos colocar rápido, y nos permite controlar a los grupos grandes que intenten cruzar", dijo McCraw. Esta barrera se añade a las ya colocadas como alambres de púas, medida con la que no están de acuerdo organizaciones proinmigrantes.
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"Lo que va a resultar es probablemente en más personas perdiendo sus vidas. Así que no vemos cómo esto es algo humano que una persona quisiera implementar", dijo Joaquín García, de la organización LUPE.
Por su parte, Abbott indicó que las boyas se estarán colocando en áreas estratégicas, que comúnmente son utilizadas para el cruce ilegal.
