El tiempo avanza en contra de Melissa Lucio, la madre hispana que será ejecutada por inyección letal el próximo 27 de abril en Texas.
"Tengo miedo. Pero miedo por mis hijos, por que nadie vaya a estar ahí para apoyarles si la ejecución se lleva a cabo", dijo la mujer de 53 años y de origen mexicano en una reciente entrevista con la agencia EFE.
Su familia lleva meses en una carrera contrarreloj buscando por todas las formas que la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas y el gobernador Greg Abbott le concedan una suspensión de la ejecución o conmuten su sentencia.
Lucio sería la primera latina ejecutada por Texas y la primera mujer desde 2014. Solo 17 mujeres han sido ejecutadas en EEUU desde que la Corte Suprema levantó su prohibición de la pena de muerte en 1976, la más reciente en enero de 2021.
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EL CRIMEN POR EL QUE FUE CONDENADA
La madre hispana fue condenada en 2008 por el asesinato de su hija de 2 años, quien perdió la vida dos días después de caer por las escaleras de su casa en el condado Cameron, en Texas.
El 15 de octubre del 2017, Lucio se estaba mudando con su familia a un nuevo apartamento cuando su hija Mariah, se cayó por los 14 escalones de una escalera empinada fuera del apartamento de la familia en la ciudad de Harlingen, en el sur de Texas.
La niña parecía no haber sufrido ningún daño grave después de la caída, pero dos días después se fue a dormir la siesta y nunca despertó.
Aunque ella y su familia han insistido en que ella no la mató, las autoridades del condado Cameron dicen que el día de la muerte de la niña hubo "evidencia de abuso que permitió el arresto" y la condena de Lucio.
¿CONFESIÓN BAJO PRESIÓN?
Durante horas de incesantes interrogatorios, Melissa Lucio negó más de 100 veces haber golpeado mortalmente a su hija de 2 años.
Pero agotada por una vida de abuso y el dolor de perder a su hija Mariah, dicen sus abogados, la mujer de Texas finalmente accedió a los investigadores. "Supongo que lo hice", respondió Lucio cuando se le preguntó si ella era responsable de algunas de las lesiones de Mariah.
"Me sentí muy intimidada, fueron muy agresivos conmigo. Tuve mucho miedo esa noche, y finalmente llegó un momento en el que dije "quizá si les digo lo que quieren oír, me dejen en paz". Así que eso es lo que hice, básicamente les dije "ok, lo hice". ¡Pero no lo hice!", dijo Lucio a EFE.
Sus abogados dicen que los fiscales interpretaron erróneamente esa declaración como una confesión de asesinato, lo que contaminó el resto de la investigación sobre la muerte de Mariah en 2007, con evidencia reunida solo para probar esa conclusión y ayudó a que la condenaran por homicidio agravado.
Mientras se acerca el día de su temida ejecución, Lucio dice que mantiene las fuerzas gracias al apoyo de sus 14 hijos.