José Manuel Uresti, el joven de 23 años detenido el pasado sábado por la muerte de su hija de 3 años, fue acusado este lunes de homicidio capital sin fianza, por lo que continuará preso mientras el proceso legal en su contra sigue su curso.
El joven fue detenido el pasado sábado por agentes en el Puente Internacional Anzaldúas. Según reveló Eddie Guerra durante una conferencia de prensa ese lunes, el joven se entregó a las autoridades.
Uresti, padre de la menor que murió, enfrentaba una orden de arresto por el cargo de homicidio capital. El joven fue llevado ante el juez esposado y con el uniforme de preso poco antes de las 11:00 AM para la lectura formal del cargo.
La autopsia practicada a la menor, según un comunicado, determinó que fue causada por un traumatismo ocasionado por un objeto contundente y oficialmente se catalogó su muerte como un homicidio.
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Por este crimen Wendy Saraí Rivera, mamá de la pequeña; fue acusada de no reportar un delito y por lesiones a la niña. Su fianza asciende a 500 mil dólares por el primer cargo y a dos millones por el segundo cargo.
El pasado jueves 21 de noviembre, aproximadamente a las 4:34 PM, agentes de la Oficina del Alguacil del Condado Hidalgo respondieron a una llamada sobre una niña inconsciente en una casa en la zona rural de Donna, en Texas. La menor fue trasladada al Hospital Infantil de Edinburg, donde fue declarada muerta a las 5:32 PM.
Según reveló Guerra durante la conferencia de prensa, cuando los agentes llegaron al hogar, la mamá de la menor se encontraba dándole resucitación cardiopulmonar. Entonces, los agentes la asistieron hasta que personal de emergencias médicas llegó y trasladó a la niña al hospital.
Según las autoridades, los resultados preliminares de la investigación revelaron que la niña sufría lesiones extensas, incluyendo contusiones, laceraciones, quemaduras y marcas de mordeduras, "lo que indica un abuso prolongado", se reveló previamente en un comunicado.
Uresti se encontraba con la menor cuando ella dejó de respirar. En ese momento él llamó a la madre de la menor, quien había acudido a arreglarse la uñas y regresó la casa.
Entonces, Uresti abandonó el lugar y se dirigió a Río Bravo, México, donde permaneció hasta el sábado.
La policía reveló que la madre de la niña admitió conocer las lesiones y no haberlas denunciado. Además se reveló que el padre admitió haber golpeado a la pequeña en varias ocasiones.
Incluso, Guerra explicó que el padre confesó que el día en que le niña murió la había abofeteado.