CIUDAD DE MÉXICO — Dos policías murieron tiroteados en Celaya —la ciudad del centro de México considerada más peligrosa para ser policía— en medio de una oleada de ataques selectivos que, según dijeron las autoridades el jueves, probablemente fueron perpetrados por un cártel de la droga.
Un total de 18 policías de Celaya han muerto baleados en lo que va de año, según indicó a The Associated Press un funcionario de ese cuerpo que pidió el anonimato por no estar autorizado hacer declaraciones.
Esta ciudad de medio millón de habitantes, sumida en la violencia desde hace años, está considerada como una de las más peligrosas de América para ser policía.
“Hoy en la mañana nos informan de asesinatos de agentes de policía y de tránsito en Guanajuato, algo que preocupa mucho pero, además, que duele”, dijo el jueves el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre los ataques.
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Las autoridades confirmaron que hombres armados abrieron fuego contra la policía en al menos cuatro lugares diferentes en Celaya y sus alrededores el miércoles. El gobierno federal presume que el cártel local de Santa Rosa de Lima podría estar detrás de los ataques.
Celaya se encuentra en el estado de Guanajuato, en el centro-norte del país, la región que registra el mayor número de homicidios de México, en gran parte debido a las guerras territoriales entre distintos grupos del crimen organizado.
El funcionario de la policía de Celaya explicó que unos hombres armados abrieron fuego contra tres agentes de tráfico municipales desarmados, mientras instalaban un puesto de control para comprobar las matrículas de los vehículos.
Agregó que dos agentes murieron en el ataque y un tercero resultó herido y se encuentra en condición estable en un hospital local.
López Obrador dijo que los ataques se han vuelto brutales e indiscriminados. “¿Qué tienen que ver los agentes de tráfico?”, se preguntó. "Son agentes de tránsito sin armas”.
Y culpó de la situación a jueces indulgentes o corruptos, ya que una de las hipótesis que barajan los investigadores es que el ataque de Celaya pudo estar relacionado con la decisión de un juez en junio de conceder la libertad bajo fianza al hijo del encarcelado fundador de la banda Santa Rosa, agregó el presidente.
Había sido detenido en enero acusado de posesión ilegal de armas y drogas.
Poco después de esa agresión, una patrulla fue baleada sin que se registraran heridos y luego fue acribillado un edificio de la policía local, también sin dejar lesionados.
La policía también fue atacada más tarde en la cercana ciudad de Villagrán, a 13 millas al oeste de Celaya, donde un agente resultó gravemente herido.
El agente de Celaya dijo que los miembros del cuerpo —formado por 300 elementos— sienten que no han recibido el apoyo adecuado por parte del gobierno federal ni tampoco del estatal, que han dejado al relativamente pequeño contingente de la policía local para hacer frente al cártel de Santa Rosa prácticamente solos.
López Obrador ha suprimido la mayor parte de la financiación federal que antes se utilizaba para formar a las fuerzas policiales en México para crear la Guardia Nacional, una fuerza casi completamente militar con 117,000 elementos que el actual mandatario y la futura presidenta, Claudia Sheinbaum, quieren que esté bajo mando del Ejército.
Pese al entrenamiento militar de la Guardia Nacional, este cuerpo realiza principalmente patrullas rutinarias, no el tipo de investigaciones y detenciones que realiza la policía.