CIUDAD DE MÉXICO - Las cabezas de puerco son el toque macabro con el que los criminales complementan las narcomantas en las que amenazan a los policías mexicanos.
En los textos que aparecen cada vez con más frecuencia en las zonas de operación de las corporaciones policiales están escritos los nombres de cada agente, sus números de patrulla, sus insignias e incluso fotografías, junto a la extremidad del porcino.
"Aquí en México se le llama de manera coloquial, hay un término despectivo para denominar a los policías que tienen algún vínculo criminal, se les denomina 'polipuercos' a los policías que son deshonestos", explica David Saucedo, experto en seguridad.
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Saucedo, quien ha estudiado el fenómeno, confirma que los primeros anuncios de este tipo aparecieron hace mas de 10 años y fueron obra de los Beltrán Leyva, pero ahora el Cártel Jalisco Nueva Generación ha adoptado esa modalidad para sembrar el miedo entre quienes deberían detenerlos.
"Las amenazas son de distinto tipo. En ocasiones son por no colaborar con las órdenes del crimen organizado o en ocasiones por colaborar con una organización rival", detalla.
Un recuento hecho por este portal de investigación, indica que entre enero y agosto de este año, al menos han sido encontradas 17 cabezas de cerdos con sus respectivas amenazas y algunas de ellas han surtido efecto.
Los análisis de los expertos revelan que cada día en este país por lo menos un policía es asesinado y en lo que va de la presente administración son 1,300 los que han muerto y muchos de sus nombres estaban en las nacomantas.
“Como cualquier policía tenemos miedo", dice Miguel Ángel, un policía que dedica su vida a combatir a los maleantes y reconoce que sale con temor a las calles, porque ha perdido a amigos a mano de los carteles del narco.
"Como todos dicen por ahí, que el que va a hacer algo no lo advierte, no que lo hagan. A fin de cuentas tenemos el conocimiento de que estamos con un pie en el reclusorio y con otro en la tumba, pero desafortunadamente así es nuestro trabajo", dice Miguel Ángel.
El policía José Luis Hernández también se dijo inquieto por este tipo de mensajes.
"No sabemos cuándo vamos a regresar a casa o no, inclusive hasta llegamos heridos a casa, lastimados, pero nosotros tenemos que seguir adelante", afirma.
Los delincuentes también emplean este método para hacer advertencias a rivales, funcionarios y a civiles que no quieren cooperar con ellos.