MÉXICO - Un grupo de 300 pobladores de la zona fronteriza entre México y Guatemala retuvieron durante horas a 15 militares -parte de ellos en territorio guatemalteco-- para exigir justicia después de que un miembro del ejército mexicano disparó contra un vehículo y mató a uno de sus pasajeros, de nacionalidad guatemalteca.
Guatemala condena el hecho y exige justicia.
Según explicó el martes el secretario de la Defensa de México, Luis Cresencio Sandoval, el suceso tuvo lugar la víspera en el municipio de Motozintla, Chiapas, y se debió a una “reacción errónea por parte del personal militar” que disparó a un vehículo que retrocedió en un control aunque no hubo agresión previa.
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El Ministerio de Exteriores guatemalteco confirmó que el fallecido era un ciudadano de su país, Elvin Mazariegos, que vivía en Mazapa, una comunidad del municipio de Motozintla.
“Exigimos a las autoridades mexicanas el esclarecimiento de los crímenes cometidos en contra de nuestros connacionales para que se haga justicia y estos hechos condenables no vuelvan a repetirse”, dijo el canciller guatemalteco Pedro Brolo vía Twitter.
Sandoval negó que parte de los militares fueran llevados a territorio guatemalteco y retenidos allí pero el portavoz del ejército guatemalteco así lo indicó y fotos divulgadas por las autoridades de Guatemala lo confirman.
La muerte del guatemalteco a manos de las fuerzas armadas mexicanas tuvo lugar dos días después de que policías locales de la turística localidad de Tulum, también en el sureste mexicano pero en el estado de Quintana Roo, sometieran a una salvadoreña y le rompieran el cuello en una acción cuya motivación las autoridades no han esclarecido todavía. Esos agentes ya están siendo procesados por feminicidio.
El incidente de Motozintla ocurrió el lunes a la 1 de la tarde en un puesto militar ubicado en la carretera de esa zona fronteriza y montañosa donde es habitual el tráfico ilícito de combustible.
El vehículo donde iba la víctima retrocedió al ver el control y un elemento realizó varios disparos. Según Sandoval, los militares intentaron atender al herido pero murió.
Luego aseguraron tanto el vehículo, como a los dos supervivientes y al elemento que accionó su arma. Dos horas después llegaron al lugar unos 300 pobladores, mexicanos y guatemaltecos, exigiendo justicia, “agreden al personal de forma verbal y con piedras, palos” y se llevaron a 15 elementos junto a tres vehículos y 17 armas.
Este tipo de acciones son habituales en las zonas indígenas cuando los vecinos se enojan ante operaciones de las fuerzas de seguridad que consideran injustas.
Mandos del ejército mexicano comenzaron a negociar con los pobladores y nueve militares fueron liberados a las 5 p.m. Los otros seis, con los vehículos y las armas, fueron trasladados por los pobladores “a un punto lejano pero no cruzan la frontera con Guatemala”, en palabras de Sandoval.
Sin embargo, el vocero del ejército guatemalteco, Ruben Téllez, confirmó a periodistas que sí llegaron a territorio guatemalteco. Según Téllez, los mantuvieron durante horas en la aldea La Esperanza, en el municipio de Tacaná, del departamento fronterizo de San Marcos.
El funcionario agregó que agentes de la policía y del ejército guatemalteco dieron protección a los soldados mexicanos retenidos y colaboraron en la negociación para su liberación. En fotos divulgadas por Guatemala se ve a policías guatemaltecos platicando con los soldados mexicanos en un lugar sin determinar.
“Las negociaciones fueron exitosas y hoy en la madrugada a las 3:20 minutos fueron entregados los seis soldados y su armamento a autoridades mexicanas, el intercambio se hizo justo sobre la línea de frontera entre Guatemala y México”, agregó Téllez.
Saldoval dijo que el ejército de México se comprometió a una reparación económica y al inicio de acciones judiciales en contra de los responsables.