ZAPORIYIA, Ucrania — Al menos 13 personas murieron y docenas estaban heridas tras ataques rusos que golpearon edificios de apartamentos y otros objetivos en la ciudad ucraniana de Zaporiyia, dijeron las autoridades el domingo.
Las explosiones en la ciudad, en una región que Moscú reclama como propia, reventaron las ventanas de los edificios cercanos y derribaron al menos parte de una torre de apartamentos.
El ataque se produjo al día siguiente de que una explosión derribara parte de un puente que conecta la Península de Crimea con Rusia, un golpe a una importante ruta de suministro para la campaña del Kremlin en el sur de Ucrania y a un gran símbolo del poder de Rusia en la región.
Inmediatamente después de los ataques, el ayuntamiento dijo que 17 murieron, pero luego redujo la cifra a 12. La policía regional informó el domingo por la tarde que 13 habían muerto y más de 60 resultaron heridos, al menos 10 de los cuales eran niños.
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"Zaporiyia volvió a ser objetivo de un lanzamiento masivo de misiles. Los edificios residenciales resultaron dañados como consecuencia del ataque enemigo. Se produjo un incendio", escribió Kurtev.
La ciudad de Zaporiyia todavía se estaba recuperando de un ataque con misiles el pasado jueves, en el que murieron 20 personas, según el último reporte.
En esa ocasión, los rusos utilizaron misiles S-300, que impactaron en el centro de la ciudad.
Los cohetes que golpearon la ciudad durante la noche dañaron al menos cinco viviendas privadas y 50 edificios de apartamentos, señaló el secretario del gobierno local, Anatoliy Kurtev. Al menos 40 personas fueron hospitalizadas, dijo Kurtev en Telegram.
Los vecinos se reunieron tras el perímetro policial ante un edificio que había perdido varios pisos por la explosión, una gran ruina humeante donde antes había apartamentos.
Tetyana Lazun’ko, de 73 años, y su esposo, Oleksii, se refugiaron en el pasillo de su apartamento en el piso más alto tras oír las sirenas que advertían de un ataque. El ataque les dejó asustados y perplejos.
“Hubo una explosión. Todo temblaba”, dijo Lazun’ko. “Todo salió volando y yo gritaba”.
Trozos de cristal, marcos enteros de puertas y ventanas y otros escombros cubrían el exterior del edificio donde habían vivido desde 1974. Lazun’ko lloraba sin consuelo y se preguntaba por qué se había atacado su casa, en una zona sin infraestructura militar a la vista.
La ciudad ha sufrido ataques reiterados en las últimas semanas y está en una zona controlada por Ucrania de una región que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se anexionó en contra del derecho internacional la semana pasada. Al menos otras 19 personas murieron en ataques de misiles rusos contra edificios de apartamentos en Zaporiyia.
“De nuevo, Zaporiyia. De nuevo, ataques sin misericordia contra civiles, contra edificios residenciales, en plena noche”, escribió en Telegram el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
“Maldad absoluta (...). Desde el que dio esta orden a todos los que ejecutaron esta orden, responderán. Deben hacerlo. Ante la ley y el pueblo”, añadió.
Aunque Rusia había atacado Zaporiyia antes de la explosión del sábado en el puente de Crimea, el ataque asesta un duro revés a Rusia, que se anexionó la Península de Crimea en 2014. Nadie se ha atribuido la autoría del ataque al puente.
Putin firmó un decreto el sábado por la noche que estrechó la seguridad en el puente y en la infraestructura de energía entre Crimea y Rusia, y puso al servicio federal ruso de seguridad, el FSB, al mando del operativo.